La (extra) motivación en el futbol base:
La motivación, es uno de los factores a tener en cuenta
dentro de las etapas de iniciación en el futbol. Importante por muchos
aspectos, que se darán dependiendo de la situación en la que este sumergida el
equipo.
Antes de motivar a los nuestros, tenemos que conocer y
reconocer nuestro rol de equipo, es decir,
tenemos que saber en qué situación (interna) estamos, en qué periodo de la
competición estamos y en qué posición estamos. Dependiendo de todos estos factores,
cuando llevemos a cabo la motivación, podemos encontrarnos con que esta, nos es
beneficiosa o al contrario, perjudicial.
Pongamos un ejemplo. Un equipo, el cual va último en la competición,
no gana pero si trabaja bien durante la semana e incluso dentro del periodo competitivo,
la motivación, pasa a ser un aspecto importante a tener en cuenta puesto que es
ésta la que nos ayudará a sobreponernos a todos los obstáculos que aún nos
quedan durante la competición. Con una buena motivación por parte del entrenador, se
pretende que los jugadores-niños, mantengan el interés por practicar su deporte
favorito, por seguir acudiendo a los entrenamientos con asiduidad e incluso
enfrentarse a la competición con ganas
de COMPETIR, aunque el resultado no
sea favorable, pero en definitiva, competir
con todas sus “armas deportivas”.
A día de hoy, nos
encontramos con muchos equipos que a mí, personalmente, me gusta llamarlos “equipos
desestabilizadores”, estos equipos, son los que llegan a la competición con
ganas de machacar y hundir al rival, en lugar de ganar el partido cómodamente y
por qué no, probar cosas nuevas que se han ido entrenando poco a poco como
sistema de juego secundario (quizá, estos equipos ni lo tengan).
En muchas
competiciones , nos encontramos con equipos que llegan a ganar partidos por
20-0 , 22-2 o incluso, esta temporada he llegado a ver uno de los resultados más
abultados que yo recuerdo en categoría infantil , 30-1.Resultados más de
partidos de baloncesto que de futbol, pero en definitiva….3 puntos.
Los entrenadores, de estos “equipos desestabilizadores”, no
se dan cuenta del gran error que están cometiendo, tan solo se ganan 3 puntos
ante otro equipo compuesto por jugadores-niños y son estos los que provocan que
muchos de esos jugadores-niños del equipo contrario, pierdan su interés por
jugar al futbol. Hay que tener en cuenta que, partido tras partido, derrota
tras derrota, hace que el jugador-niño se olvide de lo importante del futbol
base, el ocio y disfrute personal, además de la formación-educación como
deportista y sus ganas de participar en la competición vayan mermándose poco a
poco.
Aun así, el error que comenten estos equipos se suelen ver más
a largo plazo que a medio-corto plazo. Un equipo acostumbrado a ganar todos los
partidos, goleando jornada a jornada durante una temporada, se llevara la
sorpresa de que la temporada siguiente, quizá este un escalón por debajo de los
equipos que componen esa categoría superior. Si en lugar de ganar con un
marcador abultado , se gana con un marcador más o menos normal y además
probando sistemas de juegos o incluso estilos de juego distintos , los
jugadores-niños de estos equipos , se encontraran más reforzados y preparados
ante la categoría superior que han alcanzado o alcanzaran.
Si algún entrenador de esos “equipos desestabilizadores”
llega a leer este artículo, dentro de mi corta trayectoria como entrenador, me
gustaría darles un consejo que hasta el día de hoy a mí me ha ayudado mucho. Cuando
estés arriba, ganes todos los partidos y te creas el que más sabe de futbol,
ponte en el lugar del entrenador que dirige al equipo que va último en la liga…
¿Cómo te sentirías?
Al fin y al cabo, te darás cuenta de que no somos tan diferentes,
ambos entrenadores, con jugadores totalmente distintos.
Ahora bien, a mi parecer, cuando tienes a un equipo,
acomodado en una buena posición, la motivación, suele ser perjudicial, puesto
que estamos tratando con jugadores-niños. Es decir, cuando el entrenador, no
para de alabar las acciones realizadas por los componentes del equipo, resalta
siempre las acciones acertadas por estos y no corrige errores, la motivación,
suele ser perjudicial. Cuando nos encontramos en este punto, hablamos de extra-motivación.
El no resaltar las acciones erróneas por partes de los
jugadores-niños, y destacar las buenas acciones realizadas hace que estos, se acomoden y lleguen a
conformarse con lo que hacen, en lugar de superarse como deportistas, tanto en
los entrenamientos como en la competición. Se podría considerar, que debido a
esta extra-motivación, lo que suele ocurrir es que, de manera involuntaria, los
entrenadores, capamos una de las virtudes fundamentales para un deportista , la
ambición y la capacidad de superación.
Tras indagar en varios
libros de psicología deportiva , se llega a la conclusión de que, para que esta extra-motivación no sea
perjudicial , lo correcto es , “exigir” más a los jugadores-niños , haciéndoles
ver su potencial y alimentando así su ambición y su afán de superación, citando
y felicitando las acciones correctas que se han realizado durante el transcurso
de la competición y resaltando las
acciones negativas y animando a superarlas y cambiarlas por acciones correctas.
De esta manera , la cohesión entre el entrenador-equipo-situación en la
competición , fluirá con total normalidad y nos encontraremos con un grupo
humano , motivado y abierto a superarse.
Para finalizar, he de decir, que lo ideal, como director de grupo,
seria mantener, un “tira y afloja” para que la motivación fluya de manera
correcta y así, el jugador-niño, se encuentre en un estado óptimo para la
competición y sobre todo para seguir aprendiendo, disfrutando, divirtiéndose y
formándose como deportista.
Carlos Redondo de Rus
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